El queso es un alimento nutritivo y muy rico en proteínas, gracias a su alto valor proteico y su contenido de nutrientes esenciales como calcio, fósforo, potasio y vitaminas A, D, B12 y K2, se ha ganado un lugar destacado en nuestras dietas. Sin embargo, su inclusión en la alimentación diaria a menudo genera dudas, especialmente entre quienes tienen preocupaciones de salud o siguen dietas para perder peso. La verdad es que el queso no solo es sabroso, sino que también puede ser beneficioso para el desarrollo. No obstante, no todos los quesos son iguales. La variedad de tipos, su contenido de grasa y el proceso de maduración pueden influir considerablemente en sus propiedades nutricionales. En este blog, exploraremos cuáles son los quesos más saludables que puedes disfrutar de manera regular, sin poner en riesgo tu salud ni afectar tu peso.

¿Cuáles son los quesos más saludables y por qué?
A continuación, te presentaremos un top 5 de los quesos más saludables, seleccionados por su bajo contenido de grasa, alto valor nutricional y beneficios para la salud. Estos quesos no solo son deliciosos, sino que también pueden formar parte de una dieta equilibrada.
El consumo de queso no solo es beneficioso para el bienestar general, sino que también puede tener efectos sorprendentes en la longevidad y el envejecimiento. Un estudio reciente de la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghái (China), publicado en la prestigiosa revista Nature Human Behavior, reveló que consumir productos lácteos, como el queso, podría retrasar los signos del envejecimiento y promover una vida más larga. Este hallazgo subraya el potencial del queso para mejorar nuestra salud a largo plazo, gracias a sus nutrientes y propiedades únicas. Ahora que sabemos cómo el queso puede influir positivamente en nuestra salud, es momento de conocer cuáles son los más saludables para incorporar en nuestra dieta.
1. Queso Fresco
El queso fresco, también conocido como queso blanco o cuajada, es un tipo de queso blando caracterizado por retener una gran cantidad de suero, Lo que le da una textura húmeda y suave. A diferencia de otros quesos, el queso fresco no pasa por un proceso de maduración ni refinado, esto significa que se consume poco después de su elaboración.
Debido a la ausencia de maduración, su conservación es más limitada y requiere de refrigeración constante, ya que tiene una vida útil más corta en comparación con otros quesos.
En diversas regiones, se consume de manera habitual y es un componente esencial en la dieta diaria de muchas personas. Este queso se destaca por ser uno de los quesos más bajos en calorías y grasas, entregando una cantidad adecuada de proteínas para favorecer la recuperación muscular.
Conservación: Se conserva mejor en la nevera a temperaturas entre los 4 y 8 grados. Para mantener el queso fresco de forma adecuada, es fundamental controlar la humedad. Evitar que el queso se humedezca en exceso, se recomienda colocar una capa de papel de cocina en la base del recipiente (vidrio o plástico), que ayudará a absorber cualquier suero que pueda liberar.
2. Queso Mozzarella
El queso Mozzarella, originario del sur de Italia, es un queso semisuave, ampliamente utilizado en la preparación de diversos platillos de pasta, acompañado de rodajas de tomate y albahaca en ensaladas y pizzas. Tradicionalmente elaborado con leche de búfala italiana mediante el método de la pasta hilada, hoy en día también se elabora a partir de leche de vaca en muchas partes del mundo. Su característica principal es su alto contenido de humedad, lo que hace que se consuma generalmente fresco, al día siguiente de su elaboración. La mozzarella fresca es de color blanco, pero puede tornarse amarillo claro si se sazona, también influye mucho la dieta de los animales. Su contenido de proteínas es elevado y tiene un bajo aporte calórico.
Conservación: El queso mozzarella debe mantenerse en salmuera (agua salada) y almacenarse a una temperatura entre 0 °C y +4 °C. En el caso de quesos mozzarella empaquetados al vacío, la temperatura máxima de conservación y la fecha de caducidad están especificadas en la etiqueta.
3. Queso Ricotta
El queso ricotta es un queso fresco originario de Italia, conocido por su textura cremosa, granulada y sabor algo dulcecito. Contrariamente a otros quesos, el ricotta no se produce a partir de cuajo, sino que se elabora utilizando el suero restante de otros quesos, como la mozzarella o el queso de leche de vaca, se fermenta y luego se cuece, de manera que el líquido se solidifica formando una pasta de color blanco, suave y granulosa. Su nombre proviene del verbo italiano “ricordare”, que significa “volver a cocer”, ya que se obtiene al recocer el suero en un proceso de calor que permite que las proteínas se coagulen y se formen pequeños grumos.
La ricotta es un queso de bajo contenido en grasa y calorías, excelente fuente de proteínas y calcio, lo que lo hace popular en dietas equilibradas. Se usa comúnmente en la preparación de platos italianos como las lasañas, raviolis, cannolis y otros postres, además de ser un excelente acompañante en ensaladas o untado en pan. Su versatilidad y propiedades nutricionales hacen del delicioso queso ricotta una opción placentera y saludable en la cocina.
Es una opción segura para mujeres embarazadas.
Conservación: El queso ricotta debe almacenarse en el refrigerador, en un recipiente hermético, a temperaturas entre 1 y 4 °C, evitando su contacto con otros alimentos para preservar su frescura.
4. Queso Panela
El queso panela, también conocido como queso de canasta, es el queso que menos grasa tiene. Es un queso fresco elaborado principalmente con leche de vaca pasteurizada, aunque también puede producirse a partir de una mezcla de leche de vaca y cabra. Su sabor es suave y su textura es porosa, cremosa y esponjosa. Su uso es común en postres, servido con ate (bocadillo) o como relleno en chiles y verduras. Debido a su baja cantidad de grasa, no se gratina bien, por lo que se consume generalmente fresco, pero también se puede asar a la plancha para acompañar guisos o verduras.
Con un bajo contenido graso, el queso panela es una excelente opción para quienes buscan una alternativa baja en calorías, aportando alrededor de 200 calorías por porción de 100 gramos. Además, tiene un bajo contenido en lactosa y sodio gracias a la cantidad de suero que retiene durante su proceso de elaboración. Con 18 gramos de proteína por cada 100 gramos, es un excelente complemento en diversas preparaciones culinarias.
Conservación: Es recomendable retirar esporádicamente el exceso de suero una vez se inicia a consumir, ya que esto previene el crecimiento de hongos. Debes mantenerlo sellarlo cuidadosamente en un recipiente o plástico hermético para evitar que se impregne de otros aromas. Refrigerarlo ayudará a mantener su frescura por más tiempo.
5. Queso Parmesano
El queso parmesano es un queso italiano de textura dura y granulosa, que ha mantenido su proceso de elaboración casi sin cambios a lo largo de los siglos. Se elabora con leche cruda de vaca, cuajo y sal, y su método de cocción no incluye prensado. Gracias a la mezcla de leche entera del ordeño y con leche desnatada del ordeño de un día anterior, se digiere fácilmente y se asimila rápidamente por el cuerpo. Este queso es considerado un “almacén de nutrientes”, siendo rico en proteínas, lípidos, calcio y fósforo, mientras que su contenido de grasas y colesterol es relativamente bajo en comparación con otros quesos. La calidad de la leche, proveniente de vacas que pastan en suelos de alta calidad, es clave para dar un buen sabor al queso y obtener sus beneficios nutricionales.
Este queso es extremadamente versátil en la cocina, ideal para añadir a ensaladas o sobre alcachofas crudas. Además, rallado, es un ingrediente fundamental en salsas para pastas y también se puede utilizar en pizzas si así se desea. Su sabor es una mezcla entre salado y dulce, con toques herbáceos y de nuez, y su aroma varía dependiendo de su maduración.
No solo destaca por su fácil digestión, sino que también es ideal para personas con intolerancia a la lactosa, debido a los microorganismos que contiene. Es muy recomendable para consumo regular en niños, mujeres en estado de embarazo, personas mayores y deportistas, quienes se benefician de sus nutrientes concentrados
Conservación: El queso parmesano debe conservarse en el frigorífico a una temperatura entre 4 y 8 grados Celsius. Se recomienda envolverlo en film transparente o en bolsas para alimentos y así mantener su frescura. Es crucial evitar la congelación, ya que puede afectar su textura y calidad.
La información proporcionada en este artículo es únicamente de referencia, informativa. No está destinada a reemplazar el consejo de un profesional de la salud o nutricionista. En caso de tener dudas adicionales, busca atención especializada.